Entrevista por Alan Levy (@a.e.levy), periodista y docente.
La talentosa artista argentina fue parte del elenco de “Las Cautivas”, obra de Mariano Tenconi Blanco que, en abril, tuvo ocho funciones en Matadero. Habló acerca de los fuertes vínculos entre Argentina y España, así como de los distintos proyectos en los que está participando.
Nos encontramos en el lobby del Hotel Gran Legazpi, frente al Matadero, escenario donde se desplegaron como una flecha las ocho funciones de la obra “Las Cautivas”. Lorena viste una remera de los Ramones y llena su taza de café mientras tiene un ojo puesto en armar la valija, porque regresa esa misma tarde a Buenos Aires, en donde tiene muchos proyectos dando vueltas. Con gran alegría y emoción, repasa el vertiginoso paso por Madrid y pronostica que estará pronto de vuelta, dado que quedaron varias cuestiones pendientes.
Alan: ¿Cómo ha sido la experiencia en Madrid de “Las Cautivas”?
Lorena: Es distinto al caso de “Imprenteros”, en donde yo soy autora, directora y actriz. Acá simplemente vine con el rol de actriz. La pieza fue escrita y dirigida por Mariano Tenconi Blanco; donde yo, reitero, ocupo el rol de actriz. La obra pertenece a la compañía Teatro Futuro, que es una compañía integrada por Mariano, Carolina Castro en la producción, y el músico y compositor Ian Shifres. Dicha compañía realiza obras que trabajan en la relación entre Europa y Argentina a través de la literatura. “Las cautivas” es una de esas, trabaja profundamente la relación entre la literatura argentina y española. Fue producida por el Complejo Teatral de Buenos Aires. Se estrenó en el Teatro de La Ribera. Luego pasó a la Casacuberta (N. de la R.: la sala principal del Teatro San Martín, uno de los teatros argentinos más importantes). Luego, la obra hizo un recorrido independiente y, en ese contexto, surgió una invitación por parte de Naves del Español para venir al Matadero.
A: La obra pertenece a una tetralogía ¿Podés contarnos algo más acerca de la agenda de las siguientes?
L: Sí, hay una agenda, pero eso lo tienen más claro el director y la productora. Hay una segunda obra llamada “Las ciencias naturales”, que se estrenó también en el San Martín. Es la segunda obra de la tetralogía, y se están produciendo las restantes.
A: Las funciones en el Matadero tuvieron muy buena repercusión tanto en el público, como en colegas y críticos ¿Cómo se vivió?
L: Con mucha alegría. La repercusión fue buenísima y bastante inmediata, era toda una apuesta venir a hacer ocho funciones, casi de corrido, con muy poco tiempo entre una y otra: tenía que ser rápida la difusión de la información. La situación de venir a actuar en otro territorio nos hizo mirar de nuevo la obra y le encontramos volumen y espacio, nuevos sentidos a otros momentos que se destacaron de modo diferente a como los veníamos haciendo en Argentina. Cada vez venía más gente, y nos íbamos enterando de que se estaba difundiendo. Tuvimos visitas muy especiales que nos llenan de orgullo y de honor, y que eran un desafío enorme. El día del estreno vino Fito Páez, que en Argentina no la había visto. Y en la última función estuvo Almodóvar. Fue hermoso porque con ninguno de ellos teníamos vínculo previo, se dio espontáneo. Fue un privilegio y una emoción enorme dado que son sujetos culturales trascendentales porque produjeron piezas artísticas que son la constitución de la subjetividad sensible de los pueblos.
A: Y los retornos democráticos en ambos casos. Supieron leer a cuatro generaciones…
L:Totalmente. Esto último, que siempre tuvo lugar en el campo sensible de los artistas, es significativo. Nos da la oportunidad de darles algo a ellos durante una hora y media, es todo un privilegio.
A: Esta discusión acerca de las relaciones vinculares entre Argentina-España o Latinoamérica-Europa gozan de bastante actualidad. En España se celebra el Día de Hispanoamérica y aún hay una gran discusión acerca de los términos Hispanoamérica vs. Latinoamérica vs. Iberoamérica. A veces se puede poner de manifiesto el borramiento o relativización de la Conquista ¿Cómo juega en estas obras esta clase de discusiones?
L: No es la intención hacer adrede una intervención política en la discusión, sino que Mariano trabaja el universo ficcional para generar un nuevo sentido, un nuevo elemento, la pieza ficcional. Luego la obra, obviamente, hace una operación en el pensamiento político: la teje con mucha inteligencia para que pueda operar de esa manera, no la aborda desde el mensaje. Ya el recorte tiene un sesgo político. Nos interesa más cuál es la operación o cuáles pueden haber sido los universos y las consecuencias posibles del encuentro entre dos mundos literarios de distinto origen, cosa que ya tiene una fuerza de discusión respecto de cómo son los encuentros. En «Las Cautivas” tenemos a una india y a una francesa migrante, todo el tiempo el asunto es que ellas no se entienden. Bueno, a mí me parece que ahí donde hay una fricción con eso y sin embargo se enamoran, hacen toda una aventura juntas, descubren cosas, le cambian la percepción que tenían. Ahí es donde la obra hace la operación de generar el vuelco en las miradas.
Imprimiendo su mirada personal
A: Sabemos que el libro de tu obra “Imprenteros” circula por Madrid ¿Está en agenda realizar una presentación oficial?
L: No lo presenté en Madrid todavía, pero sí se distribuye porque Documenta, la editorial, tiene base acá con librerías que distribuyen sus materiales. La idea es presentarlo en un momento acá también, me gustaría este año quizá, no lo sé. La agenda está complicada, estoy con cinco obras que están vigentes, en algunas actúo y en otras dirijo. En otras actúo, dirijo y escribo. Las obras están en rotación, tienen sus funciones y sus proyectos. En este viaje me concentré en las funciones para darles concentración y entidad.
A: ¿Podrías hacer un balance de “Imprenteros”? Ya lleva un recorrido importante y estuvo en Madrid. Atraviesa un momento especial porque la obra habla de distintos momentos de crisis en Argentina. La historia de la imprenta y de tu familia es como la síntesis de la historia de muchas familias. Tiene una trágica actualidad…
L: Efectivamente, en 2021 estuvo en el Festival de Otoño, en la sala Condeduque. Estoy totalmente de acuerdo, hay algo muy mágico que pasa con “Imprenteros” que es ese nivel de Identificación y de síntesis —como decís vos— en un núcleo familiar que tiene que ver con que justamente se narran los derroteros de una pyme del conurbano bonaerense. Argentina es un país de permanente inestabilidad económica, de mucha amenaza sobre la constitucionalidad y sobre los procesos democráticos. Entonces, esos espacios se ven directamente afectados por esta clase de alteraciones. En el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), mientras conversamos, se presenta el documental de Imprenteros, que es el relato de cómo hicimos el libro. En la parte de hacer el libro, en un momento se narra que con mucho esfuerzo, habíamos conseguido el dinero con distintos subsidios y cuando estamos por pagar todo, se desata un proceso inflacionario y de una devaluación fuerte y no nos alcanza el dinero. Hay que salir de nuevo a buscar más dinero. Eso es permanente, nos pasa algo de lo que le pasaba a mi papá trabajando en la imprenta cuando la tenía en actividad.
A: Es una obra 360 grados. Además de la obra, hay post-obra con fotografías, libro, documental…
L: La obra siempre tuvo integrada la fotografía, desde su estreno. Sí es cierto lo que vos decís, que esa instancia habilitó o dialoga mucho con la propuesta performática de la obra y habilitó este lugar de encuentro con el público que hizo crecer al material. Después de eso, vino la idea de hacer el libro. Cuando hicimos el libro vino la idea de hacer una instalación. Para la presentación del libro construimos unas vitrinas que tienen objetos originales, de la obra de teatro y del libro, todos expuestos ahí. Están las chapas originales con las que se imprimió la primera edición, vamos por la segunda.
A: Finalmente ¿Podrías hacer un repaso acerca de las obras que tenés en cartel?
Estuve en el Festival Santiago a Mil, de Chile, con la obra “Testosterona”. Es una performance documental y autobiográfica de Cristian Alarcón, donde comparto la autoría del texto con él: lo llamamos periodismo performático. Decimos que es una obra híbrida que pertenece a un género híbrido, que no se constituyó todavía. Anfibia es una revista digital dirigida por Cristian. Es una revista de pensamiento y crítica que siempre se ha vinculado con artes o disciplinas que no son únicamente la crónica narrativa, entonces tienen un área llamada Laboratorio de Periodismo Performático. Allí se trabaja mucho el periodismo vinculado con las artes escénicas. “Testosterona” es el trabajo que yo dirijo como tutora en la investigación de ese híbrido. Cristian quería experimentar con su propio material esto que él venía fomentando como espacio de investigación. A raíz de algo que él escribe en su última novela, que se llama “El tercer paraíso” (ganadora del Premio Alfaguara de Novela), aparece un recuerdo de algo que le pasó en la infancia, un trauma. Esto habilita una investigación que empieza a hacer en relación a las terapias de conversión en niños. Depende de cuál fuese la lectura que hicieran en su comportamiento, les inyectaban testosterona para masculinizarlos. Entonces él inicia una investigación y, en la obra, se juega entre otras cosas el desarrollo de su investigación. Me parece un material recontra complejo, difícil, pero desafiante y yo sentía que tenía que hacer eso. Así fue y estoy muy orgullosa, me parece que el trabajo es precioso, es una pieza artística periodística. Es lo más difícil y sofisticado que hice: era toda una responsabilidad trabajar con la intimidad, la vida y los recuerdos de otra persona. La otra obra que dirijo se llama “Precoz”. Parte de una novela de Ariana Harwicz, una escritora argentina que vive en París. Tiene una trilogía sobre maternidad con distintas obras donde se tramita el vínculo de una madre con su hija o hijo en distintas instancias. En este caso, es con un hijo varón adolescente. Son los marginales, los caídos del sistema. La adaptación la hicimos con Juan Ignacio Fernández. La actúan Valeria Lois y Tomás Wicz. La dirigí yo y en Argentina estuvo haciendo ciclos desde el 2021. En agosto vamos a ir al Festival Internacional de Uruguay. Como actriz estoy en “La vida extraordinaria”, que es otra obra de Mariano Tenconi Blanco, está por fuera de la tetralogía. Se produjo en el Teatro Cervantes de Buenos Aires y después también hizo su camino independiente. Ahí actuamos con Valeria Lois y el músico es Ian Shifres. También está la obra “Yo, Encarnación Ezcurra”. Allí interpreto a Encarnación, la pareja de Juan Manuel de Rosas. Es un monólogo en el que se cuenta la última noche de vida de Encarnación, y ella va rememorando, en un estado febril, los grandes acontecimientos de su vida personal y política al lado de Rosas: fue el primer matrimonio político fuerte de la historia de nuestro país. La dirige Andrés Bazzalo y tiene tres músicos en escena. Tanto el texto como la música y la interpretación fueron reconocidos por la crítica y la obra obtuvo múltiples premios.
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